el josué

Friday, September 25, 2009

holgazanes


Aún sigo desempleado. Este es un "status" negativo en Alemania. A uno lo identifican de inmediato con los borrachos y holgazanes que rondan la estación de trenes mendigando algunas monedas para comprar cerveza barata. Por eso decidí que es momento de hacer algo "útil" con tanto tiempo libre (además después de haber recorrido los Países Bálticos y la Federación Rusa ya no me quedan ganas de tomar más vacaciones). Resulta que el Seguro Social en Alemania funciona, yo diría, demasiado bien. Explico.
Acudí a la Oficina de Empleos y les pedí que me pagaran unos cursos de programación en C#. El empleado se molestó un poco pero como no tenía idea de lo que le estaba hablando, fue fácil convencerlo con un par de argumentos y tecnicismos.
El primer día del curso procuré llegar 10 min antes de la hora. Exigían puntualidad en el contrato que firmé con el Insituto. Llegué, me senté. El tutor estaba en frente de mí, cada quien sentado frente a un computador. Esperé. Me pidió que esperara más. Se disculpó. Esperé más. 45 minutos más tarde comenzamos el curso. Lo primero que dijo (después de su nombre me parece) fue que podía llegar a la hora que yo quisiera, mientras no comenzara a llegar a las 11h00 o 12h00. Explicó algunas formalidades y hasta dimos un recorrido por las instalaciones. A las 14h00 me dijo que habíamos terminado y que podía irme o repasar unas cosas, "como quieras" - dijo.
A las 14h30 me fui.
El siguiente día llegué a las 8h14. Empezamos a las 9h05. El tercero llegué a las 8h31. Empezamos a las 9h27.
Hace dos días regresando de un descanso (uno de varios que ya me comienzo a tomar) le dije cínicamente al tutor:
"Oye, ¿no te parece que habemos mucha gente asocial en este lugar?"
- "Mmmmhhhh... ahi si no te puedo decir nada. Pero... tienes razón. Hay gente como tú que se interesa por el curso, pero hay muchos que están aquí porque los mandan, se aburren y solo desperdician su tiempo y el dinero del gobierno". - dijo.

Me quedé pensando en todas las veces que el tipo dice: "me voy a retirar 5 o 6 minutos y regreso", y se que regresará en 15 o 20 minutos.
El otro día me dejó solo todo el día (mi día es de 8h00 a 15h00). Argumentó que había una emergencia (así dijo el) y que se tenía que ausentar. Me quedé leyendo el libro y programando unos ejemplos.

Yo le dije una vez: "voy a hacer una pausa, voy a la cafetería por algo". Me compré una ensalada grande y 10 min más tarde lo vi atravesar el recinto donde yo degustaba mis alimentos. Me dio pena y regresé lo más pronto posible al curso (después de todo, soy el único alumno en la clase).

Asi, lentamente nos estamos agarrando la medida. El se retira y yo hago mis pausas.
El clímax de nuestra holgazanería, solapada por las Instituciones que brindan estos cursos y financiada por el Estado Alemán, llegó cuando en uno de sus retiros y en una de mis pausas nos encontramos en la calle que está atrás del edificio dando un "paseo". Yo lo había visto justo afuera del edificio fumándose un cigarrillo y decidí ir a la cafetería "a comprarme algo" (ya sabía que no llevaba dinero, pero quise probar suerte, tal vez vería a una polaca o ucraniana muy guapa que ya ubiqué en el tercer piso) para evitar encontrarlo. Como no llevaba dinero, decidí regresar al salón de clase, pero no sin antes darle la vuelta a todo el edificio para tomar un poco de aire fresco. En eso, vi al tutor que se aproximaba por el otro cateto del triángulo que formaban nuestras posiciones iniciales y la posición en la que nos encontraríamos.
Pensé en ocultarme entre los vehículos estacionados en la acera pero ¡qué diablos!, seguí caminando y cuando nos cruzamos de frente, sonreímos y le dije:
"¡Hey! ¿Dándole la vuelta al edificio para tomar aire fresco?".

Pocos minutos después nos encontramos en el aula y se apresuró a continuar con el curso.

Me pregunto, ¿quién es más holgazan? ¿el que deambula mendigando dinero para su licor o nosotros que huimos de la Programación Orientada a Objetos?

1 Comments:

  • There is a Georgian fable about a young man whose mother didn’t want him to work, and simply gave him the money so the man could bring them to his father as if he’s earned it. Every time, the father would throw the money into the fire. Once, though, the son did earn something himself.

    When his father again threw the money into the fire, the guy immediately rushed, burning his hands in getting the coins out of the fire.

    The point is clear – when it comes to work that you’ve put your hands, heard and soul into, you can’t remain passive. -Алексе́й Никола́евич Ми́шин

    By Anonymous Anonymous, at October 2, 2009 at 6:20 PM  

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