el josué

Friday, April 04, 2014

así no tiene chiste

Una de las cosas que más me podrían simpatizar de los usos y costumbres alemanes, es la cultura del "FKK - Freikörperkultur". No es ningún batallón o escuadrón militar ni el nombre de una máquina para separar partículas subatómicas. El término significa "nudismo".
Y digo que me podría simpatizar porque en realidad no tiene chiste.
Para ilustrarlo, una anécdota.
En una ocasión, en uno de esos veranos excelentes que duran 2 semanas en este país, fui a un balneario con amigos. El balneario no era nudista.
Encontramos un lugar, nos instalamos y nos quitamos la ropa para quedar sólo en bañador. Tomábamos el sol.
Una amiga de muy buen parecer se quitó la ropa ahí mismo y se acostó boca abajo. Un amigo italiano estaba a su lado, sentado. Yo al frente. El tipo y yo nos miramos con ojos muy grandes y sonreímos. Después la chica desató la parte superior de su bikini para evitar que la línea del sostén se marcara. El italiano y yo esbozamos otra sonrisa que nos hacía cómplices e hicimos la broma imaginaria de llamar a la chica o gritar "¡Fuego!" para que se levantara súbitamente y quedaran al descubierto sus pechos, que a mi parecer no eran grandes pero podrían ser sensuales.
Nos reímos en secreto.
Cuando la chica despertó, se volteó quedando boca arriba y con el bikini aún desatado. El amigo y yo nos miramos e hicimos la broma de jalar el sostén súbitamente para descubrir aquellos pechos que nos imaginábamos. Pero era sólo imaginario, eso no pasa en la realidad.
Después, la chica volvió a despertar y en un abrir y cerrar de ojos se quitó el sostén y se sentó, justo como estaba sentado el italiano. Los pechos colgaban. Luego, ella preguntó en un tono normal y trivial: "¿Está fría el agua de la piscina?". Actuaba como si no hubiera pasado absolutamente nada. El italiano y yo nos mirábamos. "¿Ya? ¿eso fue todo? estuvimos esperando este momento y ahora que llegó... ¿qué?" - pensábamos, al menos yo y estoy seguro que él también.
Los pechos no eran tan sensuales ni fue tan emocionante el hecho de que nuestro sueño vulgar e infantil se hiciera realidad. El acto perdió su chiste.
Luego, la amiga se puso el sostén, se levantó y se fue caminando hacia la piscina. Ni ganas me dieron de voltear a verle las nalgas. Estaba decepcionado.

Creo que desde entonces ya no me atraen las mujeres desnudas en este país. Se desnudan sin chiste, sin aspavientos, sin pena. Si así era el paraíso antes de que Adán se comiera la manzana, debió ser un lugar muy aburrido.

Wednesday, April 02, 2014

con razón

Recién regresé a Alemania de un viaje a México.
Desde que abordé el avión en París rumbo a Düsseldorf me sentí ya de regreso. Gente seria leyendo diarios serios, respondiendo correos electrónicos o revisando su agenda en sus computadoras portátiles, etc. A la salida del aeropuerto miré gente (visitantes) tratando de comprar un boleto para el tren en unas máquinas que tienen el sistema más complicado del mundo de tarifas. "Que dios o alguien los bendiga y los ilumine para realizar semejante tarea".
En el andén alcancé a escuchar a una persona que llamó a alguien por teléfono para avisarle "que llegara 4 ó 5 minutos tarde" porque el tren tiene retraso y "que se tome su tiempo", o sea, 4 ó 5 minutos máximo.
Ya en casa, me topé con un artículo que, porfavor concédaseme esta aseveración, sólo podía haber encontrado en Alemania: "Cuánta irracionalidad necesita/soporta el hombre?".
En él se describe la investigación de profesores y más profesores que intentan definir cuánta irracionalidad se puede permitir el hombre antes de caer en lo tonto.

Me vinieron a la mente vagos recuerdos de mis vacaciones en México; como aquella ocasión en que fui al correo y estaba cerrado, mostrando un letrero que marcaba la hora de regreso del encargado: 15:30h. Cuando volví a las 15:39h, el reloj ya marcaba las 07:00h del dia siguiente.
O aquella otra situación en la que en un restaurante ordené una "Sopa de pollo" y al pregutnarle a la mesera si la sopa contenía "pollo" me dijo que no, que si quería una sopa con pollo, ordenara la "Sopa Especial".
O qué decir de cuando durante el desayuno en una lonchería al pedir un "Joghurt con granola" me lo trajeron sin granola "porque a la mayoría de los clientes no les gustaba con granola".

Sería todo aquello lo suficientemente irracional como para ser tonto?

El artículo cerraba con la declaratoria: "es bueno que haya irracionalidad en la vida, sino sería aburrida y robotizada".

Este texto lo escribo después de haber regresado de una caminata en el parque donde leí 19 letreros con leyendas prohibitivas, entre el que destacaba:
"Prohibido acercarse a la cerca. Mantenga una distancia mínima de 1.1 m".
0.1 m son 10 cm! A mi me parece un letrero tonto. Demasiada racionalidad es tonta.