el josué

Thursday, August 13, 2009

c++


He tenido contacto con el lenguaje de programación de alto nivel C++, creado en 1979 por el científico danés Bjarne Stroustrup, en diversas ocasiones. Algunas experiencias fueron malas, otras indiferentes y el resto las he olvidado. Sin duda, la mas extraña y curiosa anécdota respecto al tema sucedió un día que iba caminando con mi hermana por la calle Vetoshnyy pereulok, Moscú, cuando de pronto un tipo nos abordó, preguntando:
- "Are you ok?"
Nos quedamos observando al sujeto que tenía aspecto de Clark Kent, con todo y el atuendo.
"Yes, we are fine"
- "Let's walk, not fast, but slow" - sugirió.
Caminamos con el unos metros. Le preguntó a unos oficiales de policía la razón por la que estaba cerrado el acceso a la Plaza Roja.
Después de conversar unos minutos con "Albert" me enteré de que terminó estudiando robótica en la Universidad Tecnológica de Moscú porque no pudo entrar a la Facultad de Aeronautica. "I wanted to design rockets" - dijo.

Era tan bizarro aquel encuentro, casi surreal, que decidimos despedirlo en el acto. Además caminaba muy lento y teníamos otras cosas que hacer. Como vio nuestras claras intensiones de darnos a la fuga, se armó de valor y lo último que dijo fue lo siguiente:

"Josue, just one question..." - en ese momento pensé que me preguntaría si conocía la KGB y entonces me revelaría que era un agente encubierto y que había unos francotiradores en el techo del edificio contiguo... pero se limitó a preguntar:

"Do you have C++ in Mexico?"

Si tan sólo alguien hubiera fotografiado mi cara de "Без перевода?" (¿¿¿Qué???)

Sunday, August 09, 2009

dar el avión


En México el dicho "Dar el avión" significa ignorar a alguien o escuchar sin atención lo que dice.
Una de la situaciones más vergonzosas que he vivido ocurrió una vez que fui de vacaciones a México. Planeé un viaje a la playa con un cuate, camarada o simplemente amigo, y unas muchachas. Entonces fui a visitar a un vecino que no había visto en mucho tiempo para pedirle una tienda de campaña. Me pareció justo entablar una conversación con el vecino previo al momento de pedirle el favor. Como dato, el vecino es piloto de aviones comerciales.
Llegué a su casa, nos saludamos, el se alegró por mi visita y nos sentamos a la mesa. Me preguntó cómo me iba en Alemania y antes de que pudiera responderle le pidió a uno de sus sirvientes (porque tiene gente a su servicio en casa) que destapara una botella de vino rojo. Medio le contesté su pregunta y entonces empezó a contarme una serie de historias sobre sus hijos, anécdotas de su trabajo (gajes del oficio como en la revista Selecciones), me llevó a un cuartito a mostrarme una colección de no me acuerdo qué cosa y hasta me enseñó una bitácora de vuelo y sus próximas salidas. Tambien me mostró un taller que tiene su esposa en la parte posterior de la casa donde hace vitrales, me mostró las alcobas y sus autos. Después me habló de su patrimonio en pesos mexicanos y de que planeaba retirarse en un par de años más.
En algún momento me preguntó: "¿Cómo es esto en Alemania?". Creo que tampoco terminé de responderle porque comenzó a contarme que uno de sus hijos está en la compañía de teatro de su escuela y que su hija no se que otras actividades hace.
Empezó a oscurecer y yo ya no sabía cómo detener esa avalancha que había desatado. Pero en un arranque de valor, después de 2 horas de conversación y una botella de vino rojo, le dije algo como:
"Pues esta muy bien, creo que... ya la hiciste, me da gusto. Oye, por cierto, ¿no tendrás una casa de campaña que me prestes? Es que voy a ir a la playa con unos amigos". Yo esperaba que el tipo se molestara y le pidiera a uno de sus sirvientes que me echara a patadas de su casa, pues le había estado dando el avión durante las últimas 2 horas, y eso, no se le hace a nadie y menos a un piloto aviador. Es decir, llevábamos 2 horas de vuelo y el ni se había dado cuenta.
Después de 3 seg y en punto de las 1927 hrs dijo:
"Sí, claro que sí, tengo dos, de hecho esas nos las llevamos de vacaciones a un viaje que hicimos por todo México. Empezamos en el Sur..."

Lo demás ya no lo escuché pero creo que transcurrieron otros 45 min de vuelo antes de que me despidiera y me fuera a mi casa con la tienda de acampar y una lámpara de gas que me prestó.