el josué

Thursday, April 07, 2016

el pan

Tal vez ya haya mencionado en alguna ocasión la importancia del pan para la cultura alemana. He escuchado a muchos alemanes admitiendo que de las pocas cosas que echarían de menos en caso de vivir en el extranjero, es el pan. Sí, el pan. Así, por ejemplo, a una amiga alemana que vive en México, no le bastan los cientos de variedades de pan que se producen en las panaderías regionales de aquél país.
Debo reconocer que las panaderías alemanas ofrecen algunos productos sanos, nutritivos y en algunas ocasiones, hasta sabrosos.
Los hay de centeno, con semillas de girasol y otros... (la verdad no me pregunten detalles porque de plantas, semillas y flores no tengo la más remota idea. De hecho una vez me preguntaron que de dónde venía el cilantro. Yo respondí que era una planta que se da en las taquerías de la ciudad de México).

Cuando recién llegué a este país, yo veía a los alemanes comiendo sus panes nutritivos, primero con interés, luego con curiosidad, después hastío (porque me daba la impresión de que eso era lo único que comían a medio día) y ahora, ahora los entiendo.
El pan alemán es realmente muy sano y nutritivo, no tiene que ser rico, sólo es funcional. Una vez me visitó mi hermana de México. Cuando me vió haciéndome un sandwich (emparedado), me regañó porque sólo era un pan, una rebanada de jamón y otro pan. Me dijo: "come bien Josué. ¿No le vas a poner mayonesa, aguacate, queso, tomates y chile?". Es que no se usan los ingredientes exóticos por acá. Y es que cuando uno se hace un pan o es de jamón o es de queso, pero no de las dos cosas juntas. ¡Umgotesvilen!
Pero bueno, la verdad es que si yo tuviera que abandonar el país, de las pocas cosas que echaría de menos (aparte de los restaurantes de comida tamil, tailandesa, vietnamí, entre otros) serían los "Zwiebelbrötchen". Son los panecillos más deliciosos que he probado en mi vida.