el josué

Sunday, September 16, 2012

felicidad pírrica

El capitalismo se basa, entre otras cosas, en la competencia. La sociedad alemana es una Leistungsgesellschaft, como ellos mismos, o mejor dicho, sus críticos la definen. Es decir, una sociedad de competencia, en la que la vida misma es una competencia. Se compite por ser el bebé más bonito, el más pesado, el más feo, el más grande. Luego se compite por ser el mejor en la escuela, obtener el mejor promedio para poder tener acceso a la mejor universidad, para así poder tener la pareja más codiciada, más apuesta, más atractiva, más reconocida en sociedad, para poder tener un salario más alto que el vecino y tener un auto más grande y más rápido. Incluso se compite por ser el menos alemán, por alguna razón en este país entre menos typisch deutsch sea una persona, mejor.
Sin embargo, también se compite por ser el más desgraciado, ser la víctima de más injusticas que el de al lado, ser el más compadecido de todos por tener más enfermedades que todos o tener la peor depresión.
Por ejemplo, hace poco tuve el gusto de presenciar en el metro cómo dos personajes se peleaban por el asiento para discapacitados. Fue así: se abrieron las puertas del metro y un tipo se subió y le pidió a la persona que estaba sentada en el asiento para discapacitados que se levantara puesto que él era discapacitado con aprobración del estado. Desde su asiento el personaje número 2 replicó "¿qué te pasa? si yo también soy discapacitado, ¿quieres ver mi acreditación?". De la boca de ambos emanaba un fuerte aliento alcohólico, como dato.

Esta foto la tomé de un diario alemán de poca circulación. Un artículo en el que informan que "...la gente del norte de Alemania es la más feliz, de acuerdo al estudio "Atlas de la Felicidad 2012", seguidos por la gente de Hamburgo y Düsseldorf...".

No supe si alegrarme por los del norte por ser los más felices de todos o por los de Hamburgo por ser más felices que los de Düsseldorf o sentir pena por los de Hamburgo porque no son "los más felices del país" o por los de Düsseldorf que no son más felices que los Hamburgo. O de plano entristecerme porque al parecer donde yo vivo la gente no es tan feliz como para figurar en esa lista.

¿Se podrá ser feliz sabiendo que se compite por el título de "El más feliz"?

Como dicen en mi tierra: ¿Qué onda?

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