el josué

Thursday, October 29, 2009

malos pensamientos


Me estaba tomando un café con leche para acompañar un cuernito relleno de nuez y azúcar (desayuno de oficinista si lo prefieren) en el patio del Instituto donde, como ya mencioné en algún post anterior, tomamos cursos yo y otros holgazanes. Y por cierto, hay variedad de holgazanes en ese lugar. Los hay "fresas" (snob es el término en inglés, Spießer en alemán), descuidados en su aseo personal, corrientes, obesos, flacos (del latín flaccus), bien parecidos, feos.
Por ejemplo, hay un tipo que he observado y me recuerda mucho a Jean Reno. Viste gabardina gris Oxford (que nunca abotona aunque haga frío y se limita a cerrarla con las manos metidas en las bolsas) sin bufanda, jeans y zapatos de vestir. Tiene rostro ancho y cacarizo, dentadura desordenada (por lo que no se atreve a reir mucho) y siempre con aspecto de que la noche anterior no durmió bien. Quién sabe, tal vez habrá capturado un par de rufianes que intentaban robar un cargamento de autos de lujo en el muelle al Norte de la ciudad.

En fín, mientras yo me terminaba mi desayuno, unas muchachas (algunas de ellas ya no tan jóvenes) salieron a fumarse un cigarrillo (dicho sea de paso, me da la impresión de que todos los fumadores de la ciudad acuden a este centro de enseñanza).
Advertí su presencia por los temas que tocaron en su conversación, yo sólo escuchaba frases sueltas: "¿Me compraré zapatos deportivos?", "¿Qué te parecen mis uñas?", "Yo me las pinto con productos *****".
Me volví ligeramente y las observé un par de segundos.
"Güeras (rubias) baratas" - pensé y de inmediato reparé. Yo he tenido conversaciones más triviales y no por eso merezco ser juzgado de esa forma. Pero sí eran baratas esas muchachas.
Miré al cielo y con un poco de vergüenza pero con una sonrisa cínica recordé aquella noche en que les había gritado a un par de muchachas, rubias también, algo como:
"¡Bah, pinches perras baratas ni que estuvieran tan buenas! ¡Además miren, tienen culo de mariachi!".
Uno de mis acompañantes, alemán, dijo:  "¡Wow! Yo quiero aprender a maldecir así en español".
No me enorgullezco de mi rusticidad y descortesía en aquella hora, pero permítanme justificarme. Iba caminando con dos amigos y las muchachas venían a nuestro encuentro sobre la acera. Me acerqué y les pregunté por una calle, que debía no estar muy lejos de ahí. Me ignoraron y siguieron caminando. Tal vez pensaron que quería sacarles una conversación y, si todo resultaba bien, terminar compartiendo lecho y almohada. Hecho que entiendo y a la vez no. A las mujeres les molesta que los hombres las acechen por lo que acabo de mencionar, sin embargo, si se termina compartiendo una alcoba no puede ser tan malo, a nadie se le obliga a nada. Bueno, tal vez en algunos países sí: a pagar más impuestos, a ir a la guerra, a malbaratar sus recursos naturales, etc.

Acabé de masticar el último trozo de pan, me dirigí a las muchachas (rubias), les dije "Con permiso, ¿me permiten pasar Señoritas?" y abrí la puerta de vidrio que bloqueaban con sus uñas, cabelleras rubias y pestilentes cigarillos.

Tal vez me habrán visto las nalgas y dicho: "Pinche turco, ¿te fijaste cómo nos estaba observando?". Por lo menos, si tuviera culo de mariachi, yo sí soy mexicano (además no creo que conozcan un mariachi).

2 Comments:

  • 1.- que chingaos tienen que ver los recuersos naturales
    2.- jajaja las nalgas no se te ven con esos jeans de barato que traes.
    3.- la gente no cree lo que tu crees que creen de ti.

    By Blogger kiwi Jiyu, at October 29, 2009 at 6:16 PM  

  • bueno, probablemente si crees que la gente cree que eres turco, te creo... me consta...

    lo del mariachi ahi si ni que decir, lo mas cercano con una alemana a esa platica fue "ahh, los que salen con speedy gonzalez?"...

    By Blogger Space Panda, at November 3, 2009 at 9:23 PM  

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