Wednesday, November 06, 2013

guerra y pasteles

Hace poco leí un artículo sobre 10 cosas típicas de los alemanes, de las cuales coincidí con 8. Sin embargo, agregaría por lo menos otras 10. No todos, pero sí mucha gente, conoce la historia del país germano. Tiene un pasado duro y no ha sido fácil dejar atrás el fantasma de no una, sino dos guerras "mundiales" (cuando el mundo era Europa y Estados Unidos mmhhh... cualquier parecido con la actualidad es mera coincidencia).
Dos cosas típicas de la Alemania son las bombas y los pasteles. En menos de una década que llevo en este país, me ha tocado vivir de cerca por lo menos 5 evacuaciones por alerta de bomba. Y no es cuestión de terrorismo. Es cosa común encontrar una bomba de la época de la segunda guerra mundial enterrada en el jardín o un terreno deshabitado, durante excavaciones para realizar una construcción.
Me imagino las charlas que se llevan a cabo en diferentes hogares de la ciudad.
Rudi: "Lothar, ¿qué haces el fin de semana? ¿vamos a correr un rato?"
Lothar: "Mmmhh pero a partir de las 4, porque a medio día voy a desactivar una bomba de la segunda guerra mundial"
O en la oficina:
"¡Buenos días muchachos! feliz día de desactivación de bomba de la segunda guerra mundial"

Los pasteles. Sí, los pasteles son otra cosa típica de este lugar. Bueno, en realidad no los pasteles en sí, porque en todo el mundo se han de consumir pasteles. Es más el hecho de hornear el pastel lo que es típico. Es muy común llegar a la oficina o lugar de trabajo o simplemente al visitar algún conocido o familiar, y encontrarse con un pastel horneado por la persona misma que lo ofrece, sea el jefe, el empleado, el comandante de la Luftwaffe o quien sea.
Las charlas anteriores se podrían complementar de la siguiente manera:

Rudi: "Lothar, ¿qué haces el fin de semana? ¿vamos a correr un rato?"
Lothar: "Mmmhh pero a partir de las 4, porque por la mañana voy a hornear un pastel y a medio día voy a desactivar una bomba de la segunda guerra mundial"
O en la oficina:
El jefe: "¡Buenos días muchachos! feliz día de desactivación de bomba de la segunda guerra mundial. Traje un pastel que horneé ayer, sírvanse."

Thursday, March 28, 2013

inteligencia artificial


Hace tiempo comenté ya, o mejor dicho, reporté ya la necedad del ciudadano alemán promedio. No los culpo ni los acuso yo, sino todo el mundo jejeje. De algún modo es algo simpático.
Por ejemplo recuerdo aquella empleada de la Deutsche Bahn (ferrocarriles alemanes) que se negó a contestarme cuando le pregunté si mi amiga que tenía que abordar el tren podía tomar el siguiente con el mismo boleto. Me miró con esa cara típica del Tercer Reich y verraqueó: "El tren está a punto de partir. ¡Aborde el tren, ahora!".
Yo: "Pero no me ha contestado mi pregunta... ¿puede mi amig...". Me interrumpió la bestia con su gruñido subido de tono repitiendo la misma cosa. Ante tal situación no le quedó más remedio a mi amiga que abordar el tren y a mi conformarme con haberla saludado 30 segundos. Y todo por la mal programada inteligencia artificial de la empleada. Está bien, me rendí pero no sin antes gritarle en su cara a la necia (en su idioma obviamente para que no hubiera malos entendidos):
"¡¡¡Usted es una estúpida máquina!!!". No me dijo nada y ni se inmutó. Yo creo que para ese mensaje no le programaron en su base de datos respuesta alguna.

O qué décir de aquella otra amiga a la que le cobraron una multa por viajar en tren con un boleto incorrecto, aunque más caro que el que debió comprar. La empleada también le replicó en repetidas ocasiones:
"No me importa si su boleto es más caro, no es el indicado para este trayecto. Tiene que pagar multa."
La amiga se defendía: "Pero es que... mire, le explico... tenga sentido común...".
Nada. Imposible usar la razón con esas máquinas.

Pero he de decir, casi con agrado, que recientemente en México me sucedió algo similar.
Bajé del tren que conecta el D.F. con el Estado de México y que es administrado por una empresa española (a pesar de las reiteradas ofertas de consorcios mexicanos por construir ese trayecto ferroviario). Yo venía del aeropuerto con una maleta de 22 kg y no pretendía subir las escaleras con tal bulto. Me dirigí al ascensor a pesar de la leyenda que se leía en la parte superior de la puerta: "Uso exclusivo para señores de la tercera edad y discapacitados".
No me considero ni anciano ni discapacitado pero si me parece razonable usar el ascensor para subir una maleta de 22 kg.
Súbitamente se apareció un vigilante para impedirme el paso.
"Señor, el ascensor es de uso exclusivo para ancianos y discapacitados. Use las escaleras".
Yo: "Pero, es que traigo una male...."
Vigilante: "No me interesa señor, no puede usar el ascensor"
Yo: "Pero..."
Vigilante: "No"
Yo: "¿No le parece ridículo? La estación está completamente vacía, soy la única persona que se encuentra en el andén"
Vigilante: "No me importa si es ridículo o no"

Antes de empezar a enojarme y argumentarle, en mi idioma, me reí y me acordé de todas aquellas veces que me hicieron lo mismo en el país teutón. Sólo pensé: "Qué alivio saber que también hay idiotas necios en mi país". Pero seguramente lo harán por proteger su empleo, el germano lo hace por placer de ejercer su voluntad.

El colmo de todo esto es que otro día, cuando el tren iba lleno de gente, entre otros, muchas señoras con bultos enormes que venían de hacer sus compras en la ciudad (mercado, ropa, juguetes, veladoras...). Apenas se abrieron las puertas del tren, salieron las señoras corriendo hacia el ascensor. El mismo vigilante también se acercó e intentó bloquearles el paso pero las señoras arrasaron y lo ignoraron. No le quedó más remedio al tipo que hacerse a un lado y resignarse.
Yo observé la escena desde las escaleras, sonreí y me di la vuelta. El que la hace, la paga.
Tal vez en Alemania hubiera venido un comando a sacar a las señoras del ascensor para enviarlas a campos de trabajos forzados. ¿Quién sabe? Tal vez no...