Thursday, September 27, 2012

pinches güeyes

A veces voy a almorzar a un comedor que está del otro lado de la calle del edificio donde trabajo. No me gusta ir porque a la hora de escoger la comida no entiendo los textos manuscritos del menú que cuelga en el mostrador. Luego, cuando me preguntan qué quiero comer se enojan los cocineros porque no les respondo rápido qué quiero comer. Finalmente, como lo mismo de siempre (siempre hay la misma cosa de comer).
Cuando salgo de trabajar y espero el bus para ir a casa, me encuentro a los cocineros que también terminan su jornada.
Los veo salir del comedor y pienso: "Ahí vienen esos güeyes... esos PINCHES güeyes...".
Y ahora que lo pienso, eso de PINCHES les queda ad hoc.

Cruzamos una mirada y nos saludamos. Bueno, ellos me saludan, porque para mi todos ellos se ven igual. Pinches güeyes.

Sunday, September 16, 2012

huevones

Un día domingo por la mañana hace como 10 años me encontré en un supermercado mexicano (lo nombro así a secas para no hacer publicidad gratis) a un señor que fue por sus tortillas, supongo yo, para desayunar. Lo impresionante para el público alemán que me lee ya lo dije: sí, los supermercados están abiertos en domingo. Para el resto del mundo hispanoparlante que me lee, continúo la historia.
El señor, al parecer iba en bata de dormir. No lo podía creer y me acerqué un poco. Sí, el caballero vestía una bata de dormir color café, una pijama a rayas y pantuflas de color café tambien. No recuerdo si llevaba calcetines, pero muy probablemente sí.
Le admiré y con la boca torcida hacia abajo pensé: "¡Qué señor tan cool! relajado, sin problemas se sale a la calle y en el mejor de los casos conduce su auto hasta el súper para comprar sus tortillas en domingo; en peor caso, viene a pie y en el pésimo, en transporte público". Aún "en voz" más baja pensé: "Qué agallas tiene ese tipo".

10 años después, al filo de las 09h34 de la mañana de un Domingo 16 de Septiembre del 2012 y a punto de sentarme a desayunar con mi enamorada (iba a decir "novia" pero chéquense la definición de la Real Academia Española aquí) en algún lugar de Alemania, nos dimos cuenta de que no teníamos leche para beber con el café. Nos miramos a los ojos y me dijo:
"¿Vas por leche a la "tiendita de la esquina"?".
Yo: "¿Yoooo?".
Luego ella reparó un par de segundos y agregó:
"No, mejor voy yo. Tu andas muy cómodo en pijama, bata y pantuflas. Tendrías que cambiarte de ropa...".
Yo: "¡Bah! ¿y eso qué importa?. Me cambio rápido".
Ella: "No, no te cambies, yo voy... o a menos que... vayas así como estás".

En ese momento hice la broma de tomar mis llaves y dinero y salirme del departamento, para luego regresar en breve.

Ella: "Nooo.. no te atreves ¿verdad?"

En seguida me vino a la mente la imagen de aquél épico personaje del supermercado en México. Pensé "en voz" muy baja: "Yo también tengo huevos. Eso de salir en bata a la calle es de GRANDES".

Di la media vuelta y salí sin vacilar del departamento. Bajé las escaleras, salí a la calle. Un tipo en la calle se rio al verme, la chica de la tiendita no paraba de sonreír y contener la risa, a pesar de mi tono extremadamente serio al pedir 2 litros de leche bien fría. La gente que pasaba en sus autos también sonreía al verme.

El café sabe mejor con leche.

La verdad yo creo que la gente se reía mientras pensaba:
"Je je je qué tipo tan iluso, espero no vaya a buscar víveres para el desayuno. ¿Acaso no sabe que los supermercados están cerrados en domingo?"

felicidad pírrica

El capitalismo se basa, entre otras cosas, en la competencia. La sociedad alemana es una Leistungsgesellschaft, como ellos mismos, o mejor dicho, sus críticos la definen. Es decir, una sociedad de competencia, en la que la vida misma es una competencia. Se compite por ser el bebé más bonito, el más pesado, el más feo, el más grande. Luego se compite por ser el mejor en la escuela, obtener el mejor promedio para poder tener acceso a la mejor universidad, para así poder tener la pareja más codiciada, más apuesta, más atractiva, más reconocida en sociedad, para poder tener un salario más alto que el vecino y tener un auto más grande y más rápido. Incluso se compite por ser el menos alemán, por alguna razón en este país entre menos typisch deutsch sea una persona, mejor.
Sin embargo, también se compite por ser el más desgraciado, ser la víctima de más injusticas que el de al lado, ser el más compadecido de todos por tener más enfermedades que todos o tener la peor depresión.
Por ejemplo, hace poco tuve el gusto de presenciar en el metro cómo dos personajes se peleaban por el asiento para discapacitados. Fue así: se abrieron las puertas del metro y un tipo se subió y le pidió a la persona que estaba sentada en el asiento para discapacitados que se levantara puesto que él era discapacitado con aprobración del estado. Desde su asiento el personaje número 2 replicó "¿qué te pasa? si yo también soy discapacitado, ¿quieres ver mi acreditación?". De la boca de ambos emanaba un fuerte aliento alcohólico, como dato.

Esta foto la tomé de un diario alemán de poca circulación. Un artículo en el que informan que "...la gente del norte de Alemania es la más feliz, de acuerdo al estudio "Atlas de la Felicidad 2012", seguidos por la gente de Hamburgo y Düsseldorf...".

No supe si alegrarme por los del norte por ser los más felices de todos o por los de Hamburgo por ser más felices que los de Düsseldorf o sentir pena por los de Hamburgo porque no son "los más felices del país" o por los de Düsseldorf que no son más felices que los Hamburgo. O de plano entristecerme porque al parecer donde yo vivo la gente no es tan feliz como para figurar en esa lista.

¿Se podrá ser feliz sabiendo que se compite por el título de "El más feliz"?

Como dicen en mi tierra: ¿Qué onda?

Tuesday, August 21, 2012

frisbee para solitarios

Dicen que Fred Morrison inventó el Frisbee (el tipo que aparece en la foto). No me consta, pero seguro que lo hizo pensando en que fuera una actividad recreativa en grupo.
A mi me gusta jugar al frisbee pero hacía mucho que no lo practicaba porque no tenía uno ni tenía con quien jugar, además de que el clima aqui casi nunca es propicio para actividades al aire libre.
Pues un día de esos en que sí se podía hacer algo al aire libre fui a un parque con unos amigos. Ahí, tirado en el cesped contemplaba el cielo y los árboles mientras a ratos le daba lectura a una recopilación de los mejores trabajos del filósofo alemán Nietsche (¡ah que bien me cae ese tipo! no lo querían sus contemporáneos porque decía verdades tan secas que ni los alemanes las soportaban... en fin).
De pronto en la cúpula de un árbol vi un objeto color rosa. Interrumpí mi lectura, me levanté y al acercarme me di cuenta de que se trataba de una especie de frisbee... un "Astonishing Flying Ring" para ser exactos.
Después de haber dejado varas, mis zapatos y hasta los de un amigo entre las ramas de los árboles, logré bajar el frisbee rosa, y los zapatos después.
¡Es una cosa increíble! Deberían probarlo. Esa tarde y otras más me divertí mucho con ese objeto volador.
Cuento esto porque el otro día que salí a correr mis 42.5 km de costumbre, pasé por ese mismo parque y vi a un tipo, un pobre tipo, jugando al frisbee solo. Solo, completamente solo. Lanzaba el frisbee y corría hasta donde había aterrizado y lo volvía a lanzar.
"Estos alemanes... prefieren jugar solos que buscarse un amigo" - pensé. Además su frisbee era de los convencionales. Sin embargo, también pense que de haberse tratado de un "Astonishing Flying Ring" hasta yo hubiera jugado solo. Me cae.

Saturday, May 19, 2012

por una @

De mis hermanos, el primero en realizar viajes prolongados fue mi hermano mayor. Llegó un momento en que se había convertido en un ser electrónico, en una dirección de E-mail.
Una vez se enojó porque a su regreso después de muchos años de no verlo (como 1 o 1.5) le pregunté:
Yo: "Ah caray, ¿tu eres hermanodejosue@yahoo.com?".
Hermanodejosue@yahoo.com: "Mmhh... si".
Yo: "A ver ¿dónde está tu arroba?" - al mismo tiempo que lo inspeccionaba.


Friday, May 18, 2012

nada es lo que parece



Una vez, al filo de una lúgubre media noche, mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido, inclinado sobre un viejo y raro libro de Ingeniería de Audio, leía sobre el oído. Quise compartir mis elocubraciones en este blog.
La percepción del sonido en el cerebro es un fenómeno muy complejo, casi metafísico. Un aspecto que me llamó la atención fue la aprehensión de la distancia de un fenómeno auditivo. Explico. Para determinar la distancia de un fenómeno acústico, digamos, una persona cantando dentro de una iglesia, el oído emplea básicamente los cambios de volúmen y espectro de frecuencia.
Sin embargo, también juega un papel importante la experiencia y expectativa de la persona. Así, al aire libre, las fuentes de sonido nos parecen mucho mas cerca de lo que en realidad están. A más de 3m este error de percepción se incrementa hasta que por ejemplo, a 10m de distancia, la fuente de sonido parece estar a sólo la mitad de distancia.
El susurrar nos parece mucho más cerca y los gritos más lejos de la distancia real a la que se generan.
La vista corrige en parte este fenómeno. En Audio, se distingue entre "Evento sonoro" y "Evento auditivo". El primero es la generación del sonido en sí, el segundo es el fenómeno auditivo que ocurre en nuestro oído, desde que las ondas sonoras llegan al pabellón auricular y hasta que nuestro cerebro las interpreta.
Análogamente el ojo también ve lo que "cree" que ve, o mejor dicho, ve lo que puede ver, incluso, lo que "quiere" ver. Nunca lo que ES.

Mi conclusión es que es verdad que percibimos la realidad como queremos y no como es. Antes de emitir un juicio hay que tomar en cuenta que nuestros sentidos nos juegan bromas macabras a todo momento.

“Es un visitante a la puerta de mi pabellón auricular
queriendo entrar. Algún onda sonora visitante
que a deshora a mi oído quiere entrar.
Eso es todo, y nada más.”

Friday, May 04, 2012

hello kitty

Se me acabó la pasta dental y fui a la farmacia a comprar una y de paso un nuevo cepillo dental. Para salir un poco de la rutina escogí un cepillo con cerdas bastante suaves (dicen que es mejor para el aseo bucal) y una pasta para niños con motivo de "Hello Kitty" de color rosa. Además esta de descuento.
Sonreí y esperé no encontrarme a nadie conocido en la caja al momento de pagar. Coloqué mis artículos sobre la banda transportadora de color negro y mirando con disimulo por encima del hombro alcancé a ver una silueta femenina de cabello rubio. ¿Que iba a pensar aquella muchacha de mi pasta de dientes?.
"Kitty" se puso en movimiento acercándose a la cajera. Volví la cabeza y vi a una chica vestida completamente de rosa, incluso el calzado (las famosas "Crocs").
Nos miramos un instante y de inmediato supimos que habíamos hecho una tregua. La siguiente conversación se llevó a cabo telepáticamente en aquel efímero momento:

Yo: "Si tu no me criticas mi pasta de dientes de "Kitty", yo no te critico tu atuendo ridículo rosa chillón".
Ella: "Yo no te critico tu ridícula pasta de "Kitty" y tu no me critiques mi ropa rosa de trabajo".

Creo que era empleada de la Imprenta de enfrente. Se compró un Red Bull.

Tuesday, March 20, 2012

sagradas escrituras

Esta noche soñe que me iba al cielo. Así como se lee. Que bueno que sólo lo soñé. Iba subiendo unas escaleras como las de la imagen. Delante de mi iba nuestro Señor Jesucristo y a mi lado su acompañante. Ibamos charlando sobre los detalles de mi morada a la diestra del Padre, cuando se me ocurrió preguntarle al Redentor: "Señor, y en mi morada ¿hay un balcón?". El acompañante me preguntó: "¿Y para qué quieres el balcón? No lo necesitas, estás en el Paraíso". El Mesías nos escuchaba con serenidad. Yo respondí: "Bueno, pues... quiero un lugar cómodo para... leer la Biblia por ejemplo. El Nuevo Testamento obviamente, ya ves que aquí al Señor le gusta muchísimo más el Nuevo que el Viejo Testamento". El Cordero de Dios se detuvo un momento y se volvió hacia mi soltando una pequeña carcajada. Yo también me rei, tanto que hasta me desperté riendo. Me da gusto que hasta en mis sueños conserve un poco lo irreverente y descarado.

Monday, January 16, 2012

por una barbie


Hay unas tiendas en Alemania que venden, digamos, porquerías. Creo que una campaña publicitaria como: "XYZ. Vendemos porquerías. Visítanos" les quedaría a modo.
Bueno y cuando uno precisamente anda en busca de 'porquerías' pues no queda mas que dirigirse a esta tienda. Llegué a formarme a la caja para pagar la porquería que llevaba en las manos (un trapo para cubrir unos paneles de Basotect, un material poroso a base de formaldehido-melamina-sodio bisulfito copolímero valorado por sus capacidad de absorber ondas sonoras). Frente a mí, un señor. Frente al señor una señora que comenzó a poner sus artículos sobre la banda transportadora, pues el cliente anterior había terminado sus compras y se retiraba de la caja.
El señor comenzó a hacer un berrinche como bebé y balbuceaba:
"Pero señora, ¡déjeme pasar a mi primero!. ¿Porqué no me deja pagar a mí? Yo tengo muchas menos cosas que usted, ¡es ridículo! Mire nada más cuántos artículos lleva usted. ¡Yo tan sólo voy a comprar una cosa! Mi mujer me está esperando con mi hija afuera".
El tipo golpeaba con la planta del pie (del zapato de goma, propiamente dicho) en el piso mientras agitaba un paquete de 4 vasitos de plástico con motivos de Barbie (y si mi memoria no me traiciona, unos ponys revolcándose en un arcoiris, cosa que pertenece sólo a la fantasía pues nadie puede acercarse a un arcoiris, menos tocarlo y mucho menos revolcarse, dado que sólo es visible a un ángulo de 42 grados entre la luz incidente y el observador).
Yo, me reía en secreto.
La señora le contestó: "Disculpe señor, pero es mi turno y yo tambien tengo dos hijos que me están chingando desde hace dos horas que quieren venir a comprar porquerías a esta tienda".
El tipo se molestó tanto que abandonó los vasitos de Barbie en una estantería de la caja y salió de la tienda.
La señora explicaba en voz alta su derecho. La gente seria. Creo que todos lamentábamos el hecho de ver los vasitos solitarios sin comprador en la estantería.

De pronto recordé que había olvidado una porquería y abadoné la fila para volver unos segundos más tarde. Instantes después se abrió la puerta de la tienda y entró el señor que hacía unos momentos había salido furioso. Me pareció escuchar una fanfarria macabra y pensé lo peor. ¿Asesinaría a la señora de los niños enervantes dejando tras de sí un baño de sangre que cubriría a todos los presentes incluyendo a Barbie?.
No. El tipo con mala cara se dirigió directamente a la estantería, volvió a tomar los vasitos de plástico y se formó en la fila para pagar. Obviamente, ya había más gente formada para pagar. El señor tendría que esperar más. Ahora había una señora pagando, después seguía yo y atrás de mi una viejita, que quedaba frente a el dicho señor, y que se volteó para decirle:
"Señor, si quiere puede pasar antes de mi. Su mujer y su hija lo esperan".
Señor: "No, no importa. Gracias".

Cuando fue mi turno para pagar, la cajera descubrió que la porquería no tenía precio y tuvo que llamar a otra empleada para que le buscara un artículo similar. Más demora.
El señor furioso.

Cuando salí de la tienda vi a una señora y a una niña. Sin duda la familia del señor.

Me imagino la escena cuando el señor salió de la tienda la primera vez. La mujer gritándole y la niña llorando. "¿Y los vasos? ¡Te regresas a comprar los pinches vasitos de Barbie cabrón!"

Moraleja: el que se enoja, se forma dos veces.